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Mi Relación con el Dinero

En esta sección del blog, te presentaré casos reales relacionados con el área de la economía y las finanzas personales, en donde a estos clientes o coachees se les fue cambiado el nombre, edad o genero para preservar su privacidad.

Superando las Dificultades Económicas de Martín

 Hoy, quiero contarte la historia de Martín, un hombre de 45 años casado, sin hijos, que enfrentaba serias dificultades para mejorar su situación económica. 

Martín me comentó que, sin importar cuánto esfuerzo pusiera para mejorar sus finanzas, siempre se sentía atrapado, como si las deudas lo ahogaran. Incluso después de recibir un aumento de sueldo, experimentó una breve mejoría, pero rápidamente volvió a sentirse asfixiado por las deudas. 

Curioso por entender más, le pregunté cuánto tiempo llevaba enfrentando estas dificultades. “Desde siempre, Fernando, desde siempre”, respondió. 

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Para profundizar en la raíz del problema, le pedí que me hablara de su infancia y de cómo era su entorno familiar. Me contó que vivía con su hermano menor, su madre y su padre. Su madre era ama de casa, mientras que su padre era quien llevaba el dinero al hogar. Al preguntarle qué recordaba de esa época en relación al dinero, Martín cerró los ojos, tomó un par de respiraciones profundas y comenzó a relatar sus recuerdos. 

Martín recordaba ver a su padre llegar exhausto y sucio a casa, tarde por la noche, pero siempre con el dinero necesario para alimentar a la familia. Sin embargo, también notaba que la relación entre sus padres no era la mejor, y pensaba que esto se debía a las largas horas de trabajo de su padre. 

Luego, le pregunté qué escuchaba respecto al dinero en su hogar. Le di algunos ejemplos para guiarlo, como “el dinero es sucio” o “el dinero es malo”. Martín me confesó que lo que más escuchaba era que “el dinero separa a las familias” y que “las personas con mucho dinero son malas”. 

Le expliqué a Martín que estas son percepciones equivocadas. El dinero, le dije, es simplemente un medio de intercambio, y no tiene el poder de influir sobre las personas. El problema radica en cómo las personas interpretan el dinero. Martín entendió y me preguntó cómo esto estaba relacionado con su situación económica actual. Le respondí que tenía todo que ver, ya que estas creencias limitantes podían estar afectando su capacidad para mejorar económicamente. 

Le expliqué que, si en su inconsciente el dinero separa a las familias, su mente podría estar saboteando sus intentos de prosperar para evitar perder a su pareja. Lo mismo ocurría con la creencia de que “el dinero transforma a la gente de buena a mala”. Su mente prefería ser “bueno y pobre” a “rico y malo”. 

Para ayudarlo a superar estas creencias, utilizamos una técnica llamada “técnica del perdón”, donde Martín perdonó a su padre por haberle transmitido esas ideas erróneas sobre el dinero. También empleamos otra técnica llamada “técnica del colapso”, que ayudó a eliminar estos “virus mentales”. 

Al final de la sesión, Martín ya no podía recordar con claridad lo que su padre decía negativamente sobre el dinero, lo cual indicaba que habíamos logrado un cambio significativo en su mente. Le dije que esperara unas semanas para ver los resultados. 

Un mes después, Martín me escribió para contarme que había comenzado a mejorar económicamente gracias a un emprendimiento que le ofrecieron. Además, ya no se sentía ahogado por las deudas. “¡Parece magia!”, me dijo. Le respondí que ahora estaba más receptivo a la prosperidad. 

Finalmente, trabajamos en una técnica llamada “deuda emocional”, que ayudó a Martín a liberarse del sentimiento de estar emocionalmente o financieramente endeudado con alguien. Antes de despedirse, le aseguré que a partir de ahora no solo dejaría de sentirse ahogado, sino que también vería mejoras significativas en su vida económica. 

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